Dosha tipo Vata

Como mencioné en la entrada anterior, en Ayurveda se reconocen cuatro tipos corporales o Doshas, aunque generalmente se habla de tres. Estos son son Vata, Pitta, y Kapha (de Sama hablaré más adelante). Cada uno de los Doshas tiene sus propias características que lo identifican, aunque cada persona tiene en realidad una combinación de características de cada uno de los Doshas y esto nos hace únicos. Generalmente todos tenemos una combinación que específica en la que predomina más un tipo de Dosha que otro, y es ese Dosha predominante el que generalmente utilizamos para «definirnos» y utilizarlo como pauta cuando buscamos restablecer nuestra salud.

Empecemos con Vata

Vata

Características:

  • Ligero, de cuerpo delgado y esqueleto estrecho; nariz curva o de forma irregular
  • Se mueve y actúa con rapidez
  • La piel suele estar seca, áspera y fría y es de color oscuro
  • Aversión al tiempo frío
  • Apetito y digestión irregulares
  • Sueño ligero y discontinuo, insomnio
  • Entusiasta, vivaz, imaginativo, perceptivo, inclinaciones espirituales
  • Excitable, experimenta frecuentes cambios de humor, impredecible
  • Capta la información con rapidez, pero también olvida pronto
  • Suele estar preocupado, ansioso e inquieto
  • Tiende a estar hinchado y estreñido
  • Se cansa fácilmente, quiere abarcar más de los que puede y es hiperactivo
  • La energía física y mental viene por ráfagas
  • Apenas tolera el dolor, el ruido y la luz brillante.

El Vata se distingue por su “variabilidad”, se compone de los elementos Aire y espacio, por lo tanto el movimiento y la inestabilidad son característicos de este tipo corporal. Al Vata no le gusta el statu quo. Le encantan las emociones y los cambios, pero si esto no está a su alcance, se crea un estilo de vida irregular. Así, por ejemplo, puede irse a dormir a una hora disinta cada día o saltarse comidas. Su naturaleza impresvisible hace que figuren entre las personas menos estereotipadas.

El tipo Vata tiene aspecto elegante cuando viste bien. Su imagen seca, magra, casi “famélica”, es ideal para hacer de modelo, razón por las que muchas top models pertenecen al tipo Vata. Físicamente los Vata son más delgados que todos los tipos corporales; suelen tener los hombros y las caderas estrechos y redondos. Algunos Vata pesan siempre menos de lo normal y a pesar de comer mucho rara vez engordan. En general es fácil reconocer a una mujer Vata porque independientemente de su edad, su cuerpo parece de una niña. Otros Vata se mantienen delgados durante la juventud; después, cuando llegan a la mediana edad, padecen sobre peso.

De todos los tipos corporales, Vata es el más propenso a tener irregularidades físicas. Algunos tipos Vata tienen las manos o los pies demasiado grandes para su cuerpo pequeño. Pueden tener dientes torcidos, protuberantes o demasiado grandes. Suelen tener buena figura, pero en condiciones de estrés o cuando sufren estreñimiento suelen desarollar problemas en la columna vertebral (escoliosis) o en general de los huesos. Un Vata puede reconocerse porque sus tendones, venas y articulaciones son visibles, lo que se debe a la escasa grasa que tienen bajo la piel. Otra característica física es el crujido audible de sus articulaciones.

Un Vata equilibrado es entusiasta, enérgico y animoso. Su mente generalmente clara y su gran lucidez hacen que sea mejor candidato para el desarrollo espiritual. Se rige por un gran sentido del tacto y oído. Más que verlo, sienten y oyen el mundo, razón por la cual necesitan que les abracen a menudo y les animen con palabras. El sexo en si no es demasiado importante para los Vata, pero si la sensación de que les quieran y les cuiden. No les supone ningún problema pasar largas temporadas sin practicar sexo, pero una vez han encontrado una pareja que realmente les acepta como son, les aman, son excelentes compañeros sexuales. Los tipo Vata necesitan tipos Kapha-Pitta o Pitta-Kapha maduros para dar lo mejor de sí en una relación.

Los desequilibrios en Vata suelen manifestarse en forma de trastornos nerviosos, como temblores, espasmos, ataques, ansiedad, depresión y trastornos mentales clínicos. Una vez Vata ha vuelto a encontrar el equilibrio, esos trastornos, que por otra parte no responden a los tratamientos conencionales, desaparecen a menudo de modo espontáneo.

Los Vata desequilibrados suelen preocuparse mucho, incluso cuando no hay motivo para ello. Esto puede ocasionarles insomnio, además de una continua desazón y temores. El miedo, la emoción más característica del tipo Vata, afecta a las digestiones y, especialmente, a la eliminación de los residuos fecales. Además, cuando el Dosha Vata se trastorna, el estómago y los intestinos funcionan peor debido a que el aire presiona fuertemente sobre el sistema gastrointestinal y abdominal. En el tipo Vata son también más frecuentes los ciclos menstruales irregulares, los calambres y el síndrome premenstrual que en otros tipos corporales. Las personas del tipo Vata se desequilibran fácilmente si no descansan y duermen suficientemente, sobre todo cuando no siguen la norma de acostarse a dormir dos horas antes de la medianoche. Al espolearse excesivamente a si mismo y llevar un estilo de vida irregular, es fácil que realicen esfuerzos desmesurados. Ellos puede provocar fatiga crónica y cualquiera de los problemas mentales o físicos mencionados anteriormente. La clave del equilibrio en el tipo Vata es la “regularidad”.

Factores que irritan al tipo Vata:

  • Ejercicio y esfuerzo físico excesivos
  • Falta de sueño (especialmente el sueño de las dos horas antes de la media noche)
  • Caídas
  • Horarios de comida irregulares
  • Estar muchas horas sentado
  • Tuberculosis
  • Retención de las necesidades biológicas
  • Clima frío
  • Bebidas y comidas frías
  • Cualquier tipo de estimulantes
  • Ruido excesivo
  • Miedo y culpa
  • Las prisas
  • Alimentos amargos, acres y astringentes
  • Finales de otoño e invierno

Bibliografía 

Andreas Moritz – Los secretos eternos de la salud

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