Reprogramación del ADN (parte 2)

En la primera parte de este artículo mencioné el experimento realizado por el Dr. Pieter Gariaev donde a través del sonido logra curar pacientes de distintos males.

Esto nos lleva ahora nuevamente a observar lo que las civilizaciones antiguas hacían. Muchas civilizaciones entre ellas la egipcia, india, maya, etc. Se enfocaban mucho en cuestiones relacionadas con los sonido, desde sus instrumentos, meditaciones, mantras hasta construcciones que al ser expuestas a sonidos específicos parecen activarse o resonar con ellos.

El documental que compartí en la primera parte de este artículo habla de la Resonancia Schumann, la cual según sus estudios representa la resonancia de la tierra y la que permite que la vida exista. Si no has visto el documental «Resonance, Beings of Frequency» te resumo una parte muy importante del mismo:

Durante mucho tiempo se ha dicho que la parte fundamental de la vida se encuentra en el código genético, que está formado por nucleótidos. En muchos experimentos se han juntado nucleótidos pero nunca se ha logrado nada. Uno de los principios básicos de la ciencia es que la vida solamente puede surgir de la vida. Es decir, no se puede crear vida a partir de la no-vida, de lo inerte. Todos los experimentos científicos siempre han concluido lo mismo, el mecanismo básico de la continuación de la vida es a través de la división celular o de la unión de dos células sexuales que crean un nuevo ser vivo. Sin embargo un experimento juntó por un lado juegos de nucleótidos y por otro lado ADN funcionando y este hizo que los nucleótidos se acomodaran y comenzaran a funcionar. Sin embargo la particularidad de este experimento fue que mientras la frecuencia de 7.83hz estuviera presente (la frecuencia de la tierra y del cerebro, es decir la frecuencia de la vida) el experimento funcionaba. Si se eliminaba la Resonancia Schumann (7.83hz) entonces el experimento fracasaba.

Actualmente se ha puesto mucho de moda la sanación a través del sonido, no solamente como lo hace el Dr. Pieter Gariaev, sino también a través de resonancias específicas como la misma Resonancia Schumann. La siguiente grabación, cuando la he utilizado en sesiones de meditación me ha permitido entrar en trance, es muy potente siempre y cuando permitas que tu mente guarde silencio.

Una simple búsqueda de resonancias curativas o terapias con sonido en Internet te dará muchísimos resultados.

El maestro Tenzin Wangyal Rinpoche escribió recientemente un libro llamado «cuarción tibetana con sonido» y aunque no lo expresa igual que el Dr. Gariaev, el objetivo es el mismo. Puedes encontrar información y algunos ejercicios en Youtube, así como sonidos con tazones o distintos artefactos que ayudan a «recalibrar» nuestro estado interno.

Ahora veamos otro ejercicio muy conocido en la filosofía oriental: los cantos o mantras.

Wikipedia define lo siguiente:

Un mantra se refiere a las sílabas, para invocar a un dios o como apoyo para meditar.

Los mantras son recursos para proteger a nuestra mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción. Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y tranquila. Los mantras pertenecen pues al domino de lo sagrado, constituyen el lenguaje divino, y su eficacia es perfecta, «siempre y cuando sean pronunciados correctamente».

El término mantra proviene de man- (‘mente’) y el sufijo instrumental -tra. Se utiliza ante todo para designar las fórmulas en verso y en prosa que se pronuncian durante las ceremonias litúrgicas; esto no debe sorprendernos si consideramos que precisamente es en los rituales donde los gestos, palabras y pensamientos adquieren su máxima eficacia. (http://es.wikipedia.org/wiki/Mantra)

El mantra básico de la filosofía Budista e Induista es OM, de hecho la palabra «amén» viene de OM. Se dice que OM es el sonido del universo y el repetir este mantra dejando la mente atrás y permitiéndonos experimentarlo desde el corazón puede traer grandes beneficios.

Un mantra no solamente es un sonido, sino que también es una vibración y como he mencionado anteriormente, el cerebro también tiene vibraciones y frecuencias. Un mantra a través de su resonancia específica ayuda a crear conexiones y/o cambios en las frecuencias neuronales. Cada mantra tiene una función específica por ejemplo Om Mani Padme Hum es el mantra tibetano de la compasión y el repetirlo ayuda a que ésta comience a manifestarse en tu vida.

Los sonidos armónicos, tranquilos y bellos traen sensaciones de paz y tranquilidad. Por ejemplo, despertar con el sonido del canto de los pájaros, o el sonido de la lluvia o de un río, etc., siempre nos hace sentirnos más serenos; por el contrario despertar con el sonido de camión, un tren o el claxon de un coche provocará un despertar muy poco placentero. Desde un estado de paz los sonidos pueden ayudarnos a recuperar nuestra salud y lo contrario también aplica.

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