Tetrahedro de la salud 2da Parte (Estructura de la salud)

Este tema es un poco complejo, pero procuraré explicarlo lo más claro y breve posible. Es un tema para escribir libros enteros, pero es solo una parte de todo lo que debemos comprender para restablecer nuestra salud.

Como he mencionado en otras entradas, las emociones juegan un papel crucial en nuestra salud. Recuerda lo que el tetrahedro de la salud nos dice: Tendrás salud cuando los «cuatro cuerpos» o los cuatro aspectos (espíritu, emociones, mente y cuerpo físico) se encuentren en equilibrio. Pero antes de entrar al tema directamente, es importante dejar claros un par de conceptos.

Últimamente (en los últimos 30 años) se comenzó a hablar popularmente de las energías. El estudio de la física cuántica es precisamente la comprensión del comportamiento del electrón (energía). Cuando comenzaron a estudiarlo, no lograban comprender por qué cuando se observaba su comportamiento, este era de una forma estructurada, pero cuando no se observaba, el comportamiento era distinto. Comenzaron a comprender que había una consciencia detrás de esa energía. El problema es que los estudiosos trataron de reducir la consciencia a un objeto de estudio, lo cual es imposible.

La tradición tántrica milenaria (el chamanismo de india), así como la física cuántica y los nuevos modelos de pensamiento, dicen que el universo, la creación, la existencia, Dios, o como le quieras llamar, está formado por dos aspectos básicos: Consciencia y energía. Cabe resaltar que el primer aspecto es la consciencia y el segundo es la energía. Es importante comprender que la base fundamental de la existencia está formada por este binomio, por esta dualidad. La consciencia siempre está ahí, inmutable, omnipresente, pero únicamente puede volverse manifiesta a través de la energía. Todo lo que existe es energía acomodada. Energía en vibración.

Una vez que comprendemos esto, entonces debemos comprender el siguiente paso aplicable a la cuarta dimensión en la que ya vivimos (tres dimensiones de espacio y una de tiempo).

Nuevamente, todo es consciencia y energía vibrando en distintas densidades o frecuencias (incluso todo aquello que está más allá de las cuatro dimensiones, sigue siendo consciencia y energía). Cuando nos encarnamos en esta realidad física, esa consciencia y energía de la que estamos hechos, se «solidifica» o cristaliza para poderse manifestar dentro de las cuatro dimensiones de nuestra realidad física. La mejor analogía para explicar esto es cuando se utiliza un prisma y se le proyecta un haz de luz.

El prisma representa las cuatro dimensiones y el haz de luz representa la energía que se proyecta en estas cuatro dimensiones.

prisma

Cuando el haz de luz entra en contacto con el prisma, este lo divide en los colores del arco iris (no es casualidad que los mismos colores se utilicen para representar las energías de los chakras). De la misma manera cuando nos encarnamos en esta realidad física de cuatro dimensiones, la energía que nos forma queda separada en distintas frecuencias, unas más densas o sólidas que otras.

Para poder entender el equilibrio de los cuatro aspectos del tetrahedro de la salud, debemos comprender primero la función que cada uno de ellos juega. 

Si ordenamos los cuatro aspectos de la siguiente manera, se vuelve evidente una relación muy clara:

  1. Espíritu
  2. Emociones
  3. Mente
  4. Cuerpo

Desde el nivel de espíritu, hablamos que la energía se encuentra menos densa, menos sólida, por lo mismo no se puede «tocar». En realidad ese es el argumento de los cientifistas para decir que el espíritu no existe. La energía en el nivel de espíritu, si tiene una densidad, pero no entraré en cuestiones técnicas, lo que me interesa es que se comprenda el concepto. Desde ese nivel se determina el «tema» que se explorará en esta vida. Todos tenemos un tema particular a explorar en esta vida, algunos le llaman Karma. Es por eso que generalmente en tu vida se te presentan situaciones similares o que te «persiguen», y generalmente están relacionadas con aquello que más te llena o tu mayor miedo (ambos siempre están relacionados).

El nivel de emociones sigue siendo un nivel poco físico, sin embargo es un poco más sólido o denso que el nivel espiritual. Cuando en el nivel anterior queda determinado el tema, entonces vienen las emociones que lo acompañan. Tu mayor pasión siempre está relacionada con el tema que a nivel espiritual determinaste explorar. Cuando experimentas las emociones de alegría, gozo, disfrute, pasión, etc. es cuando estás siendo fiel a tu auténtica naturaleza espiritual. Por el contrario cuando experimentas emociones de angustia, miedo, ira, etc. es cuando no estás siendo fiel a tu naturaleza.

El tercer nivel es la mente, este nivel ya se encuentra muy cerca del nivel físico. El papel de la mente es mantenerte centrado en las cuatro dimensiones de la realidad física (desde donde la ciencia se mueve y considera que todo lo que existe se encuentra dentro de las cuatro dimensiones). Te permite mantener tu atención en esta realidad, para que puedas explorar el tema que decidiste.

El cuarto nivel, el cuerpo ya es la manifestación totalmente cristalizada o sólida de la energía. Nuevamente aunque estamos hablando a un nivel físico, si se estudia en lo profundo, nos damos cuenta que lo físico no es más que vacío, es decir energía vibrante que no tiene solidez, sin embargo vibra a una frecuencia más baja o densa que las anteriores, por eso se percibe como física. En este nivel es donde ya te manifiestas a nivel físico y en concordancia con las tres dimensiones de espacio y la de tiempo, experimentas a través del cuerpo. Te mueves y experimentas a través del espacio y el tiempo.

Cuando los cuatro aspectos están cumpliendo su función, entonces podemos decir que tenemos salud plena. Es decir cuando estamos siendo fieles a nuestro ser natural, cuando nos movemos y experimentamos el tema de nuestra vida que ya está determinado.

El desequilibrio ocurre, como ya lo mencioné, cuando nos alejamos de nuestro auténtico ser. Esto generalmente ocurre por las programaciones que recibimos de nuestros padres, sociedad, religión, amistades, etc. Cuando estas programaciones nos dicen que aquello que queremos no está bien y nosotros las aceptamos (consciente o inconscientemente), entonces comenzamos a desviarnos de nuestra razón de ser. Nos desviamos del tema que venimos a explorar, lo cual comienza a crear el desequilibrio del tetrahedro. Por ende, comenzamos a albergar emociones negativas y nuestro cuerpo comienza a enfermar.

Una vez dialogando con mi doctor me dijo algo que tiene 100% relación con lo que estoy mencionando aquí. Dijo: «No es lo mismo decir tengo qué a decir quiero«

La diferencia entre esas dos es precisamente lo que acabo de explicar. Cuando dices «quiero hacer x cosa» y la realizas, la energía que vibra dentro de ti, generalmente es de gozo, alegría, amor, pasión, etc. Cuando experimentas esas sensaciones, es porque estás siendo fiel a ti mismo, y por lo mismo estás equilibrando el tetrahedro, lo que te traerá salud. Por el contrario si haces las cosas porque «tienes que hacerlas», entonces la emoción es muy distinta, las cosas son forzadas, lo que te hará sentirte a disgusto o mucho peor. Esa es la indicación de que comienzas a ir por el camino de la enfermedad pues comienzas a romper la armonía del tetrahedro.

Con esto, espero que quede un poco más clara la importancia de comprender los componentes y las funciones del tetrahedro de la salud. Se puede profundizar muchísimo más pero el objetivo de este blog es otro.

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