Ya en otra entrada hablé de los hábitos que me ayudaron a mejorar mi salud notoriamente.
Cuando me topé con el libro «Sanando con alimentos integrales: Tradiciones asiáticas y nutritión moderna«
Encontré la siguiente pirámide que me resultó altamente interesante y que deseo compartir.
– Diagrama tomado del libro «Sanando con alimentos integrales, tradiciones asiáticas y nutrición moderna» de Paul Pitchford
Como podemos observar, la base de la pirámide, no es la alimentación, sino la práctica espiritual diaria (sadhana).
Si algo quiero que quede claro, es que si eres celíaco (o padeces cualquier otro tipo de enfermedad), no hay nada más importante que puedas hacer, que comenzar a trabajar contigo mismo, tu mente y tu espíritu. Toda manifestación de enfermedad que padecemos, es una proyección de cómo nos encontramos interiormente. Cuando logramos comprender que funcionamos como una unidad, cuerpo-mente-espíritu, es cuando tenemos la posibilidad de sanar. Ese es el gran error que comete la medicina alópata: todo lo divide y se centra en tratar al cuerpo, y no solamente se queda ahí, sino que trata cada órgano por separado, sin entender al individuo como tal (individual, indivisible).
Si yo hubiera seguido las recomendaciones que la medicina alópata me daba, yo estoy seguro que ya habría muerto.
Toda la información sobre esta enfermedad de proveniencia alópata dice algo como lo siguiente:
«El único tratamiento existente a día de hoy consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten de por vida que conlleva la recuperación y normalización tanto clínica como funcional, así como la reparación de la lesión de las vellosidades intestinales.» Además en pocas palabras te dicen «es una predisposición genética y no hay nada que se pueda hacer para revertirla».
Ahora, no todo es malo en la medicina alópata, ya que al analizar (separar, dividir) en partes y estudiar cada una, le lleva a un conocimiento altamente especializado, el problema es que se queda ahí, y no regresa a la unidad de la que partió. He conocido muy pocos doctores (son los mejores) que en lugar de cerrar su mente a lo que dice el sistema o el laboratorio, estudian las dos caras de la moneda y complementan sus conocimientos. El complemento de la sabiduría ancestral con la investigación moderna es el único camino para una medicina realmente integral.
En mi experiencia todo proceso puede revertirse, pero para hacerlo, los medicamentos no son la solución (aunque ayudan). La auténtica solución se encontrará cuando trabajamos con nosotros mismos, cuando comenzamos a romper las programaciones mentales y emocionales. Cuando nos liberamos de todo aquello que pesa y estorba. Pero esto no ocurre por arte de magia y nadie puede hacerlo por nosotros. Es decisión personal, disciplina sin rigidez y constancia sin neurosis.
El segundo escalón de la pirámide, nos muestra el complemento perfecto del primero, y es el ejercicio físico.
Lo importante es que cuando aprendemos a vivir en el primer escalón, este se fusiona con todos los demás. Es decir que el ejercicio físico también se convierte en una meditación, así como la nutrición se vuelve parte de nuestra meditación.
Hay que poner atención en esta pirámide, pues es la recomendación para el común de la gente, no para celíacos, por lo que de ella hay que eliminar el pan, pasta, trigo, avena, y la salsa de soya. Recuerda también que los alimentos deben ser 100% de origen natural, nada empacado o industrializado.
En mi experiencia fue muy difícil consumir únicamente alimentos 100% naturales, pero una vez que formé el hábito, aunque ya puedo darme el lujo de comer alimentos industrializados, prefiero no hacerlo, ya que me es más económico consumir lo natural y además me garantiza una mejor salud.