Como ya he explicado en las entradas anteriores donde hablo de este tetrahedro, es muy importante comprender el equilibrio de los cuatro puntos que lo componen.
Después de haber realizado los artículos anteriores, recibí la pregunta ¿qué pasa si me enfoco en un solo aspecto del tetrahedro? Evidentemente tu salud no será plena. Recuerda que la salud es tu estado natural, el problema es tus actitudes traen el desequilibrio, lo único que tienes que hacer para recuperar la salud es soltar aquellas actitudes que te alejan de tu auténtica naturaleza y todo comenzará a acomodarse como debe ser.
Aspecto espiritual – La ciencia niega que exista tal cosa y la religión lo mantiene en un estado de fe, no de auténtico conocimiento. La fe que enseña la religión se basa en «creer» que hay un aspecto más allá del mundo físico. Pero la auténtica fe no es sobre creer, sino sobre SABER que realmente es así. Pero solo hay una forma de saberlo y es viviéndolo. No importa lo que nadie pueda decir o contar, lo importante es que tú lo vivas. Por eso en el budismo se dice «si ves a buda, mátalo». Porque no debes creer nada que nadie te diga, sino en tu propio camino y experimentación. Entonces, ¿cómo trabajas tu aspecto espiritual?, primero debes hacer de la meditación o el silencio la piedra angular que rige tu vida y segundo, debes ser fiel a ti mismo sin hacerle daño a nadie. Yo rijo mi vida bajo la siguiente premisa «Haz lo que quieras, mientras no impongas tu voluntad a nadie». Siguiendo aquello que representa tu mayor pasión.
Lo irónico de este punto, específicamente con los judeo cristianos, es que si alguien dice «yo soy hijo de Dios» porque ya tuvo la experiencia de la que hablo y ya SABE que realmente esa es su naturaleza, entonces lo quieren matar y dicen «Jesús es el único hijo de Dios» y sin embargo a Jesús también lo mataron por decir eso.
Aspecto emocional – Cuando comienzas a trabajar el aspecto espiritual, entonces tus emociones comienzan a reflejarlo. Hay más calma, los apegos comienzan a desaparecer, tu sabes que cada quien vive su propia realidad y desde su perspectiva experimenta su verdad. Comienzas a abrir tu corazón y a experimentar la compasión hacia ti y todo lo que te rodea. La serenidad comienza a volverse manifiesta y ocurre de manera natural. No es represiva, es auténtica. Si haces de la meditación un estado natural en ti, comenzarás a desenvolverte en el mundo de una forma más serena y calmada, si comienzas a experimentar eso, entonces vas por buen camino. Hay muchas técnicas específicas para lograr eso, pero de eso no hablaré aquí.
Aspecto mental – Todo está relacionado, cuando comienzas a trabajar la meditación, así como las emociones dejan de manifestarse de forma negativa, tus pensamientos también comienzan a cambiar. Los prejuicios, victimismos, ego, programaciones mentales, el exceso de pensamiento, el parloteo mental, el deseo de tener siempre la razón, etc. comienzan a silenciarse. Llegar a la no mente es el camino. Como la escena del Último Samurai, cuando están practicando la lucha con la espada de bambú, donde el Samurai le explica al general que para poder hacerlo bien, debe dejar la mente atrás. Es una escena muy profunda. La mente es un gran sirviente, pero un pésimo maestro. Esto es porque la mente únicamente conoce la dualidad, pues esta es inherente a su estructura (por eso tiene dos hemisferios), por lo tanto siempre que una persona se rige totalmente por la mente, crea una realidad dividida y contradictoria. Dice una cosa y hace otra. A todo pensamiento que tenga, encontrará otro igual pero opuesto. Por eso es importante aprender a silenciar la mente.
Aspecto físico – El aspecto físico es el más conocido, pero es importante recordar cómo se ayuda al aspecto físico. Es importante llevar una dieta saludable y libre de tóxicos, beber suficiente agua, dormir el tiempo necesario, hacer ejercicio, realizar limpiezas orgánicas, etc. Mucho de eso hablo en el resto del blog.
Si ponemos en práctica lo que acabo de mencionar, entonces el tetrahedro de la salud se equilibra.
Ahora hagamos la siguiente reflexión.
Primero analicemos el comportamiento socialmente aceptado y cómo influye en nuestra salud.
En el aspecto espiritual, como ya mencioné generalmente es rechazado y quienes se acercan un poco no se atreven a vivirlo, sino que lo dejan en el terreno de la fe, de la creencia en algo lejano, cuando es algo que es parte de ti. Por lo mismo, no se experimenta a profundidad, no se «alimenta al espíritu».
En el aspecto emocional, como sociedad nos encantan los melodramas, todo en esta vida tiene que ser un drama si no, nuestra vida no tiene sentido. Dramas familiares, dramas laborales, victimismos, traumas, apegos, etc. Entonces vivimos en un desequilibrio emocional total.
En el aspecto mental, como sociedad somos prejuiciosos, siempre queremos tener razón, competir y derrotar a otros, (eso es el inicio de la guerra), juzgamos y rechazamos como nos viene en gana y nunca somos capaces de vernos en el espejo. Es decir, tenemos la cabeza llena de mierda.
En el aspecto físico, aunque esto ya está cambiando, sigue siendo común alimentarse de comida industrializada, transgénica, no hacer ejercicio, cirugías para «corregir» los rechazos que tenemos de nuestro propio cuerpo, beber refrescos, alcohol, fumar tabaco, consumir drogas, consumir comida chatarra o comida rápida; no hacer limpiezas y mantenimiento a nuestro cuerpo, desvelarse, estresarse en el trabajo, etc. Entonces mantenemos al cuerpo totalmente inservible.
Si vemos que en general esos son los hábitos sociales, no es ninguna sorpresa que la sociedad esté totalmente enferma. Como bien dijo Krishnamurti «No es un signo de salud vivir adaptado a una sociedad enferma».
Una vez una persona me dijo «Pues dirás todo eso, pero la taza de mortalidad ha aumentado muchísimo, el promedio de vida de antes era de 40 años y ahora es de 80». A esto solo puedo responder dos cosas. La primera es que efectivamente, la taza a aumentado dentro de la sociedad «civilizada», pero si te vas a los pueblos que viven en armonía con la naturaleza podrás encontrar personas que viven más de 100 años como algo común, he sabido de casos de gente de más de 120 años. La segunda es una pregunta ¿de qué te sirve vivir 80 años (40 años más que antes según tus estadísticas) si no tienes calidad de vida, si no eres capaz de moverte, si te la pasas enfermo, y con dolencias? Yo prefiero tener una vida corta pero vivirla plenamente a vivir mucho tiempo a medias tintas.
Espero que con esto queden más claros los componentes del tetrahedro y su relación con nuestra salud.