Psicosomatismo – Músculos, obesidad, tiroides

Continuamos con el tema psicosomático. Hoy hablaremos de los dolores y problemas musculares, así como de la obesidad y su raíz psicosomática. Aún queda mucho por cubrir sobre este tema particular, pero poco a poco vamos viendo una imagen más clara, pues esta información nos sirve para observarnos a nosotros mismos y comprender dónde podemos mejorar nuestras actitudes y por ende nuestro estado de salud. Este tema personalmente me es apasionante, ojalá y te sirva tanto como me ha servido a mi.

Músculos

Si tus músculos son flácidos, reflejan pensamientos flacos y sin expresión. Los músculos flácidos son somatizados por personas que han caído en su zona de confort, que son lentas para pensar y actuar. Esto hace que su subconsciente generalice este comportamiento y refleje en todo el cuerpo la misma conducta mental.

Nuestro subconsciente capta la información del consciente de forma objetiva y no tiene la capacidad de interpretarla. Simplemente registra lo que pensamos y será fiel a eso. Así, todos los órganos y músculos involuntarios son regidos por el subconsciente y cumplirán las órdenes que este les dé.

Si tus músculos se encuentran extremadamente rígidos, demuestran exceso de tensión y miedo a relajarte, a perder el control. Significa también que hay inflexibilidad contigo o con otras personas. Si los músculos duelen sin haber hecho ejercicio físico, te están mostrando que tus actitudes no corresponden a tus verdaderos deseos, es decir que te sientes coartado, presionado o boicoteado de alguna forma. Te sientes contrariado por alguna presión psicológica que alguna persona o situación está ejerciendo sobre ti. Esto demuestra que estás haciendo algo que no te gusta hacer, o que si te gusta hacerla, pero no de la forma en que lo estás haciendo.

Músculos del cuello

El dolor de cuello simboliza inflexibilidad en tus pensamientos y muestra que albergas sentimientos de castigo hacia los demás o hacia ti mismo. Las personas con opiniones rígidas que se rehúsan a cambiar sus hábitos desarrollan cuello y cabeza duros. Las personas perfeccionistas suelen tener tortícolis.

Muchas veces las personas que no pueden girar su cuello suelen decir “dormí chueco, por eso me duele”. La realidad es que esto son justificaciones más no explicaciones reales del dolor.

Si padeces de dolores de cuello o tortícolis, detente un poco y piensa. Analiza los últimos pensamientos que has tenido en relación a algo o alguien. Recuerda algún episodio de los últimos días. ¿Puede ser que te estás comportando de forma muy obstinada con alguien, o que has caído en la necedad, insistiendo alguna idea específica? Es muy probable que estés insistiendo y/o presionando demasiado a una persona determinada porque quieres que haga algo específico, o deje de hacer algo que te desagrada.

Calambres

Significan tensiones y miedo a relajarse. Demuestran una tendencia a querer imponer o mantener tus derechos aunque sea a base de conflictos. Si sientes muchos calambres, observa detenidamente, pues es muy posible que alguien que tiene cierta autoridad o dominio sobre ti, esté tratando de controlar tu vida o tus asuntos. De ahí que tengas contracciones musculares. Esto demuestra que te encuentras tenso o a la defensiva.

Los calambres demuestran inseguridad al avanzar por creer que tu experiencia/conocimientos/capacidad no serán suficientes. La tensión y miedo a seguir son lo que realmente te contiene, y se somatizan en forma de calambres. Suelta el miedo a avanzar, al cambio, comprende que todo cambia, que nada es eterno. Relaja tu mente y tu cuerpo se soltará también.

Obesidad

La gordura es un capullo que la persona crea inconscientemente para protegerse/esconderse de los problemas externos. Las personas que son muy sensibles o que se dejan lastimar con facilidad, buscan protegerse a través de la gordura, que representa la suavidad de un abrazo.

Muchas veces la gordura es una forma convenientemente utilizada para conseguir ciertos beneficios, como atraer la comprensión o compasión (lástima) de otras personas, para dejar de trabajar en aquello que no gusta, escapar de ciertas obligaciones que limitan tu libertad, e incluso poder exigir fidelidad de tu cónyugue.

El verdadero peligro se encuentra en nuestra mente, no en el mundo en que vivimos ni en los alimentos que consumimos.

Haz una “dieta” de pensamientos, limpia toda esa amargura que cargas. Vive tranquilamente y deja de sentirte amenazado. Ama profundamente a todos y percibirás que como respuesta comenzarás a recibir más amor de los demás. Sal de ese capullo y participa activamente en el mundo, con el pecho abierto y confía que eres protegido plenamente por la vida. Deja de guardar amarguras y resentimientos. Deja de discutir con los demás, pues cada uno tiene sus propias razones para sentirse intimidado. Trata a los demás con docilidad y no permitas que las diferencias de los demás tengan un efecto en tu vida. Aprende a aceptar las diferencias, es lo que nos hace ricos. Si todos fuéramos iguales, todo sería muy aburrido. Celebra la diversidad, aprende de ella.

Cuanto más “engulles” amarguras, más engordará tu cuerpo.

Para poder realmente superar esa tendencia a engordar, comprende que toda expectativa crea frustración. Por esto no debes esperar que las cosas ocurran como tu deseas, no quieras que las personas actúen o te den lo que tu deseas. Suelta el victimismo y reconoce tu propio poder. Nadie es responsable de tus fracasos ni tus debilidades, solo tú mismo. Todo depende exclusivamente de tu percepción de la vida y sus acontecimientos. Madura, crece, y expresa lo que tienes que ofrecerle a la vida.

Suelta los pretextos, pues estos únicamente demuestran que ser gordo es algo que te conviene. Comprende que cuando te amargas por algo, en realidad estás siendo egoísta, pues quieres que todo sea como tú lo deseas. Permite que las personas y las cosas sean como son.

Experimenta nuevas sensaciones, vive la libertad y suelta el auto castigo. Experimenta la satisfacción de poder decir lo que piensas, y suelta esa fijación por que las cosas sean de una sola forma. Nada tiene una sola forma de ser. Permite que las cosas fluyan libremente y haz siempre lo que te ordene tu corazón. Respétate por encima de todo pues nadie debe menospreciarse. Asume tu poder como hijo de la creación, torna tus pensamientos en nobles y saludables y tu físico comenzará a proyectarlo.

Tiroides inflamada

Esto ocurre cuando una persona siente instatisfacción en su corazón, rebeldía mental, se reúsa a escuchar los consejos de su pareja o de alguien que ejerce poder sobre ella. Es un reflejo de des armonía en su corazón. La exaltación emocional ejerce influencia en la secreción hormonal de la tiroides.

Existen mujeres que por sentir celos excesivos hacia su marido o después de haber tenido discusiones fuertes con él, repentinamente o gradualmente comienzan a tener una hinchazón en el cuello o a sufrir enfermedad de Graves-Basedow y síntomas como dolor en el cuello, hinchazón en los ojos, frecuencia cardíaca muy alta aunque esté en reposo.

Si tu estás sufriendo de este mal, date cuenta que tu dependencia es excesiva y estás ignorando tu propio valor. Deja de esperar que los otros te sirvan. Las personas no tienen la obligación de comprenderte ni de satisfacer tus deseos/caprichos. Suéltate y déjate llevar por los cambios de la vida. Suelta tu victimismo. Reconoce que no es necesario mendigar amor. Admite que eres tú quien no se ama a si mismo, y que por eso incluso las personas más cercanas a ti se sentirán rechazadas por ti.

Bibliografía
Cristina Cairo – Linguajem do corpo

2 comentarios

  1. El problema serio es convencer a esa persona de que la solución no radica en sus ancestros, ni en el maltrato de sus padres, compañeros, y todo el que circula por la calle, y que es tiempo de «hacer algo» que no sea conmover la compasión o la culpa del otro

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