Según el Dr. Alessio Fasano, del que hablé en la entrada anterior, dice que si se introduce el gluten muy temprano (entre 2 y 4 meses de nacido) en la dieta de un infante, causará muchos daños y aumentaremos las probabilidades de que el niño desarrolle enfermedad celíaca.
Dice que hubo un periodo en el que una empresa alimentaria (no dijo el nombre) introdujo una fórmula para bebés lactantes que incluía trigo en su composición. Sabemos que aproximadamente el 1% de la población padece de enfermedad celíaca, y se observó que la generación de niños que fue alimentada por esa fórmula incrementó la estadística entre un 7% y 9%. La compañía cuando se dio cuenta de esta situación, retiró del mercado su fórmula y puso nuevamente una libre de trigo. La generación siguiente de niños que fue alimentada nuevamente por la fórmula libre de trigo, regresó la estadística al 1%
Por otro lado otro estudio indica que si se introduce el gluten entre los 4 y 7 meses de edad, se aumenta la resistencia al gluten en el infante. Si por el contrario, se introduce el gluten posterior a los 7 meses, las probabilidades aumentan nuevamente. Pero el resultado de este segundo estudio no ha sido corroborado por ningún otro, por lo que no se toma este resultado como una práctica confiable.
Se propone que mientras más grande sea el niño, mayor desarrollará su capacidad para poder procesar el gluten. Aún no se tienen edades exactas porque estos estudios están a penas en proceso y son estudios que llevan más de 10 años. Por lo pronto al menos con la información que se tiene hasta el momento, lo recomendable es que el infante no sea expuesto a alimentos con gluten hasta mínimo el año de edad, pues para ese momento los sistemas digestivo y autoinmune estarán más desarrollados para enfrentarse a esta extraña proteína; y los resultados que se tienen actualmente sugieren que no hay ningún efecto adverso ante el gluten si este se introduce en la dieta ya sea al año de nacidos o posteriormente. Nuevamente como apenas se encuentran en etapa de estudio, no es posible determinar un procedimiento exacto para poder prevenir la aparición de la enfermedad celíaca, pues aún con las pruebas que se han hecho, el porcentaje de niños celíacos (aproximadamente 1%) se mantiene constante.
Dicho lo anterior, nuevamente es considerado una buena práctica introducir el gluten lo más tarde posible en la dieta del niño, incluso si es posterior a los tres años, será mejor. Sobre todo si hay antecedentes o sospechas de enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten en la familia. Esto es porque en ese período todo el cuerpo del niño se encuentra en proceso de desarrollo, incluido el cerebro, huesos, corazón, etc. Entonces al permitirle al niño tener esa libertad de formación sin introducir el gluten, aunque pueda desarrollar la enfermedad celíaca más tarde, se le habrá hecho un gran favor por haberle permitido que todos sus órganos se desarrollaran completamente y no haber limitado su desarrollo por introducir el gluten prematuramente.