Vicariaciones

Llevo tiempo sin publicar nada nuevo en el blog. Esto es porque he tenido mucho trabajo en mis otros proyectos, y además, hace aproximadamente dos meses pasé por un proceso de la enfermedad nuevo para mi.

Después de haber eliminado prácticamente por completo los síntomas de la enfermedad celíaca, de pronto regresaron los síntomas de la piel de forma sorpresiva y muy fuerte. Al punto en que ni el vinagre, el agua de mar o los corticoides tenían efecto alguno para detener la reacción.

Desde que comenzó este año, he hecho mucho más ejercicio físico que antes, tanto cardiovascular, como de fuerza y yoga.

Regresé con mi médico y le expliqué lo que estaba pasando y cómo a pesar de hacer uso de todos los remedios que conozco, ninguno realmente estaba deteniendo la reacción.

Me dijo que esto es un proceso normal al que en la medicina se le conoce como «vicariación«.

En pocas palabras, el proceso de la enfermedad tiene varias etapas, por ejemplo:

  1. Sensibilidad
  2. Intoxicación
  3. Enfermedad
  4. Enfermedad crónica
  5. Cáncer
  6. Muerte

Puede haber muchas etapas intermedias pero la intención es que esto se comprenda.

Cuando se salta por ejemplo del punto 1 al 2, se le conoce como «vicariación progresiva», y de la misma manera cuando se trabaja en una auténtica cura y no solamente en supresión de síntomas (evasión), entonces el proceso comienza a correr a la inversa, por ejemplo del punto 4 al 3, y a esto se le conoce como «Vicariación regresiva».

Me comentó que muy probablemente el ejercicio físico que realizo ahora fue el causante de que el cuerpo comenzara otro proceso mucho más profundo de limpieza. La razón por la que esto es muy probable es que el ejercicio físico que hago, siempre lo llevo hasta al punto donde el cuerpo no puede más, así día a día voy desarrollando más condición, flexibilidad y fuerza.

Después de que me explicó esto, me preguntó cómo me he sentido fuera de las reacciones de la piel, tanto física como emocionalmente. Efectivamente el punto emocional en el que me encontraba en ese momento era muy parecido al punto en el que me encontraba cuando tuve la crisis más dura en España 7 años atrás, la reacción en la piel no fue tan fuerte como la que tuve en aquel momento, pero seguía siendo bastante fuerte, sin embargo mi energía física ahora era mucho más fuerte que en España.

Tanto mi sadhana como mi ejercicio físico me estaban haciendo regresar años atrás a donde comenzó mi problema realmente fuerte, que fue durante mi estancia en España. Pasé cerca de 3 semanas con reacciones realmente fuertes en la piel donde ni corticoides, vinagre, agua de mar, homeopatía o ungüentos me ayudaban bajar el problema en la piel y mi sensibilidad a los alimentos volvió a ser extrema, lo cual me hizo volver a comer únicamente en casa. La ventaja es que ya tengo bastante experiencia bajo estas circunstancias, por lo tanto no representó ningún esfuerzo para mi.

En este momento me encuentro en lo último de este proceso, pues mi sensibilidad adversa a los alimentos ya se ha recuperado casi por completo y mis reacciones en la piel ya son mínimas, fuera de ligeras cortadas incómodas, mi piel se ha restablecido por completo. Lo más curioso de esto es que mi apariencia física es como si hubiera rejuvenecido, tengo más cabello, y mi cuerpo se ve más joven que cuando comenzó el año.

La intención de contar esto es porque si eres celíaco y has decidido seguir el camino que yo comparto en este blog, si llegas a pasar por un proceso similar donde todo lo más duro de la enfermedad regresa, no es porque este camino no funcione, sino porque hay procesos de limpieza por los que pasa el cuerpo que pueden ser muy desconcertantes y a veces hacen a uno cuestionarse si está haciendo lo correcto, o si realmente funciona.

Mi doctor pone la analogía del «agua de tamarindo», la cual es muy buena para explicar muchos procesos, tanto emocionales como físicos.

Me explico: La pulpa del tamarindo en el agua, cuando se queda quieta, suele asentarse hasta el fondo, y solo cuando se remueve el agua, entonces la pulpa regresa a la superficie.

Lo mismo ocurre cuando comenzamos a trabajar en procesos tanto emocionales profundos (sadhana), como físicos. Todo aquello con lo que debemos lidiar regresa a la superficie, se vuelve evidente para que entonces podamos hacer algo al respecto. El trabajar con limpiezas físicas, hacer ejercicio fuerte y trabajar nuestras emociones, provocará que todo lo «desagradable» regrese a la superficie y entonces lo podamos trabajar. Mientras esté enterrado, seguirá invisible y por lo tanto intocable.

Si no comprendemos que esto es un proceso normal y natural en la sanación de cualquier cosa, entonces creeremos que el proceso en si mismo no funciona, que lo único que provoca es que las cosas empeoren, cuando en realidad lo que está ocurriendo es que tenemos la oportunidad en ese momento de volver consciente lo inconsciente para poderlo trabajar. Esto lo único que significa es que si nos presentamos ante esta situación, no debemos parar, sino continuar limpiando, aunque sea incómodo, hasta que las cosas vayan poco a poco recuperando su equilibrio.

Este no es un camino de evasión, sino de valentía de volver consciente lo inconsciente para corregir todo aquello que no nos permite manifestar la máxima expresión de nuestra naturaleza.

2 comentarios

  1. Complejo

    • Si, son procesos difíciles, yo he notado que cuando paso por estas vicariaciones, no solamente los síntomas de cada etapa regresan, sino que también mi estado general y emocional es muy similar a cuando pasaba por esos periodos. Por ejemplo me ha ocurrido que me vienen a la mente recuerdos de situaciones y emociones de años atrás que ya había olvidado.

      Es muy interesante observar la memoria que tiene el cuerpo que va más allá de la mente.

Deja un comentario