Dr. Michael Marsh

El Dr. Michael Marsh es considerado por especialistas del tema de la enfermedad celíaca como el «padrino» de la enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten. Publicó un estudio de grastroenterología en 1992 donde identificó las distintas fases de degeneración intestinal en la enfermedad celíaca. Ha dedicado su vida al estudio de esta enfermedad.

Si alguna vez te has hecho un estudio o endoscopía para saber si padeces de enfermedad celíaca, las medidas Marsh I, Marsh II, Marsh III, etc. Son precisamente las escalas que él estableció.

En el Gluten Summit que compartí días anteriores, el Dr. Marsh fue entrevistado para tratar de comprender a profundidad las señales que el cuerpo da antes de que la enfermedad celíaca se presente.

En resumen, él explica que una de las señales que se presentan, incluso antes de que la mucosa intestinal se vea afectada, es la falta de calcio o la falta de hierro en la sangre (anemia). Encontró también que en el intestino, las proteínas de ácidos grasos se encontraban muy elevadas, lo que indica que a largo plazo provocarán muerte a las células intestinales. Pero este aún no es el momento en el que la mucosa intestinal se encuentre «dañada» y por lo tanto la enfermedad celíaca aún no se encuentra presente. Es por esto que el Dr. Marsh propone que aunque nuestra mucosa intestinal no presente daños, es importante considerarla dentro del estudio de la enfermedad celíaca, es decir que aunque nuestra mucosa esté sana, no es garantía de que no padecemos de sensibilidad al gluten o de la posibilidad de desarrollar la enfermedad celíaca.

Menciona también que no se puede tener una mucosa dañada mientras que el gluten y los genes no hayan interactuado.

El problema con el que se topan es que no saben exactamente en qué momento el intestino está funcionando correctamente y su mucosa se encuentra en perfecto estado y de pronto se desarrolla la sensibilidad al gluten. Tampoco tienen claro qué presdispone al individuo a lesiones intestinales, ni qué síntomas de la enfermedad celíaca serán los que presentará.

Hasta el momento se habla de una trinidad que debe presentarse para que la enfermedad celíaca se presente (al igual que otras enfermedades auto inmunes).

  1. Predisposición genética para esa enfermedad auto inmune particular.
  2. Un disparador ambiental
  3. Permeabilidad intestinal

De las tres, el Dr. Marsh considera que la tercera es la menos importante, incluso dice que debe haber otra antes que esta que sea la que la dispare, sin embargo no tiene claro cuál es. El considera que deben ser máximo dos variables más las que interactúen en esto para que la enfermedad se dispare.

La comprensión de esto ayudaría a identificar el problema en sus primeras etapas, y poder prevenir el desarrollo de la enfermedad.

Un punto importante que él menciona es que a principios del siglo pasado, la mortalidad causada por la enfermedad celíaca era muy alta, cosa que ahora ya no lo es tanto, aunque no deja de ser una condición que puede llevarnos a consecuencias fatales (yo estuve muy cerca de eso).

Él defiende que para comprender a la enfermedad celíaca, no solamente hay que fijarse en la existencia de anticuerpos dentro del intestino o la genética, sino que hay que considerar otras cosas como la fisiología intestinal y una cantidad muy grande de otras disciplinas. En esto concuerdo con él totalmente, ya que la mayoría de los médicos que investigan este tema, se quedan centrados en la cuestión genética o la presencia de anticuerpos.

Él considera que se deben hacer estudios que se centren en observar tanto la destrucción de la mucosa y el intestino, así como su regeneración, a través de modelos tridimensionales computarizados, para poder observar claramente dónde comienza la destrucción y dónde comienza la regeneración, pues asegura que la vellosidad intestinal no se destruye con la existencia de los anticuerpos, sino a través de un comportamiento celular. Él ha observado que durante el período de regeneración, las células se juntan al rededor de los «huecos» intestinales y comienzan a tomar forma de «ramas», y a partir de ahí es de donde las vellosidades comienzan a formarse. La comprensión de esto no solamente nos llevaría a detener un proceso degenerativo sino que además nos ayudaría a acelerar el proceso de regeneración.

Asegura que los estudios deben observar la biología celular de la mucosa, y no solamente la cuestión auto inmune, ya que no son los anticuerpos los que dañan al intestino sino la presencia de linfocitos T. Además el asegura también que la enfermedad celíaca no solamente es un problema del intestino delgado sino también del intestino grueso.

Aunado a todo lo anterior, él considera que la sobre exposición a toxinas ya sean ambientales o alimentarias, provoca que el intestino, que tiene entre el 70% y 80% del sistema inmune del cuerpo, se sobre sature y por lo tanto comience a desarrollar la sensibilidad al gluten.

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Mi opinión

No me considero especialista, y por su puesto mucho menos me siento con la autoridad clínica para ponerme a la altura del Dr. Marsh que lleva años de investigación y experiencia con este tema. Sin embargo puedo dar mi opinión en base a mi propia experiencia, trabajo, investigación y sobre todo recuperación en la enfermedad.

El Dr. Marsh habla de que aún no tiene claro qué es lo que ocurre, o qué dispara la enfermedad celíaca, así como tampoco ha logrado identificar qué síntomas presentará el paciente celíaco. Menciona también que para poder comprender el tema es importante observarlo desde perspectivas diferentes, uniendo distintas disciplinas. Esto último es absolutamente importante, sobre todo cuando consideramos el tema de la enfermedad celíaca no desde una perspectiva bioquímica sino desde el tetrahedro de la salud. Yo considero que ese elusivo disparador, así como los síntomas que cada celíaco experimenta, están directamente ligados a un nivel psicosomático. Creo que son nuestras emociones negativas como miedo, ira, coraje, angustia, rencor, miedo al rechazo, miedo al abandono, auto castigo, etc. las que provocan que esta enfermedad se presente, así como los síntomas particulares que cada celíaco puede presentar. Incluso si estas emociones se encuentran a un nivel muy sutil, siguen estando ahí, y por lo tanto disparan una respuesta somática. Esto nos lleva al origen de la ecuación, donde hígado se afecta por las emociones, el cual afecta a bazo-páncreas, el cual afecta a intestinos. En las próximas publicaciones entraré directo al tema psicosomático, el cual nos ayudará a comprender aún más por qué cada celíaco tiene síntomas similares, pero diferentes.

Por lo tanto, de la trinidad mencionada anteriormente, yo me atrevo a describirla así:

  1. Predisposición genética para esa enfermedad auto inmune particular.
  2. Un disparador ambiental: exceso de exposición a toxinas.
  3. Emociones negativas

Otra cosa importante que menciona el Dr. Marsh es que la toxicidad tanto ambiental como alimentaria puede estar sobre saturando al intestino, que aproximadamente el 80% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino delgado y que éste está profundamente involucrado en la enfermedad celíaca, no solamente el intestino delgado como suele creerse. Sobre estos puntos estoy totalmente de acuerdo y mi experiencia me lo ha corroborado.

Dentro de mi tratamiento de acupuntura, gran parte de las sesiones que se me aplicaban estaban enfocadas a ayudar al colon (intestino grueso). Cuando mis síntomas de enfermedad celíaca empeoraban, siempre venían acompañados de inflamación de colon, a tal grado que mi fuerza sexual se perdía por completo (el colon y los órganos sexuales son vecinos, cuando uno se inflama, afecta a los otros), era entonces cuando a través de tratamiento de acupuntura se estimulaban los puntos para desinflamar el colon (sobra decir que cuando este era el caso, la entrada y/o la salida de las agujas eran muy dolorosas), y una vez que éste se desinflamaba, mi condición general mejoraba muchísimo.

Otro punto importante fue que cuando hacía limpiezas de colon, mis síntomas bajaban muchísimo. Además si consumía productos como aloe, algas, búlgaros, yakult, o cualquier otro restaurador de los intestinos, inmediatamente comenzaba a mejorar mi condición.

El Dr. Marsh aboga por prevenir la enfermedad celíaca, más que por la búsqueda de una cura. Para esto propone que se logre identificar en sus etapas iniciales. Dice que es más fácil evitar un problema que tratarlo. Esto suena muy bien, pero el día de hoy aún no se han desarrollado los métodos que él propone, por lo que nos quedan dos opciones:

  1. Llevar una dieta completamente libre de gluten independientemente de que seamos celíacos o no.
  2. Lanzar la moneda al aire, consumir gluten y darnos cuenta de si somos celíacos o no. En caso de que lo seamos, eliminar el gluten de nuestra dieta y/o aventurarnos en la búsqueda de una cura como lo he hecho.

Para terminar este artículo quiero mencionar un dato que para mí fue muy motivador. El Dr. Marsh considera que no hay suficiente evidencia para eliminar la cerveza de la dieta. Él específicamente le dice a todos sus pacientes que pueden seguir bebiendo cerveza (cerveza inglesa). Ha tratado a centenares de pacientes, a todos les ha dicho lo mismo y ninguno ha mostrado ningún síntoma adverso. Él es muy explícito y claro en esto y dice que la cerveza inglesa no da ningún problema.

Si has leído mi blog desde el principio, ya debes saber que la cerveza es mi perdición, así que ya te imaginarás la alegría que me ha causado escuchar al Dr. Marsh hacer esta afirmación.

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